miércoles, 19 de marzo de 2014

El sonido afecta el como percibimos el sabor


Las papilas gustativas no son las únicas que trabajan al momento de saborear la comida. Una nueva investigación ha revelado que el cerebro también procesa el sonido de los alimentos mientras los comemos. Si bien el oído no había sido considerado una parte importante de la degustación, se ha demostrado que los sonidos que produce la comida durante la masticación pueden afectar su sabor.

Investigadores de la Universidad de Oxford realizaron un experimento en el que pidieron a un grupo de participantes escuchar sonidos de baja y alta frecuencia mientras comían toffee, un caramelo de mantequilla. Posteriormente, debían calificar su sabor en una escala de dulce a amargo. Encontraron que las notas más altas volvían al caramelo más dulce, mientras que las notas más bajas provocaban un sabor amargo.

No obstante, el entorno dentro de un laboratorio es distinto de la vida real, así que Charles Spence, quien dirige el laboratorio, condujo un segundo experimento en asociación con la artista culinaria Caroline Hobkinson. Esta vez, los participantes debían comer un pedazo de pastel en el restaurante experimental The House of Wolf en Londres mientras hacían una llamada telefónica en la que podían decidir qué tipo de sonido querían escuchar. Si bien la reacción de la gente siempre era diferente, se demostró que los sabores sí cambian según el sonido. El trombón, por ejemplo, produce sabores amargos. Los resultados del estudio fueron publicados en PubMed.

La relación entre el sabor y el sonido también explica por qué la comida de avión puede llegar a parecernos insípida. Según un estudio de 2011, los sonidos muy altos pueden llegar a reprimir los sabores dulces y salados, además de que al momento de estar en un avión, los pasajes nasales se bloquean, por lo tanto no podemos percibir olores, afectando así la manera en la que sabe la comida.

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