jueves, 3 de abril de 2014

Definiendo los elementos fisicos (hardware)

De todos es conocida la máxima que afirma que el elemento más débil de nuestra cadena estigmatizará la calidad final. Por lo tanto deberemos de ponderar muy bien nuestros recursos para equilibrar el nivel de cada elemento que componen nuestros sistemas de escucha.
No podemos esperar milagros de equipos baratos y necesitamos también saber que, a pesar de abordar un desembolso cuantioso, necesitaremos una posterior puesta a punto y optimización.
Lo ideal sería que nuestros propios oídos juzgaran, pero eso es una quimera, pues se deberían de ir instalando las cajas en su lugar final de emplazamiento y poder hacer comparaciones A-B. Además si partimos de cero no tendríamos la suficiente experiencia como para discernir entre escucha buena o mala. Y es que necesitamos que la respuesta sonora se acerque a la perfección, pues así podremos pensar que el equipo se hace transparente y lo que valoraríamos sería el software, es decir las grabaciones sonoras.
¿Porqué es tan importante escuchar bien? Pues es la única seguridad que tendremos para empezar a sacar conclusiones fiables. De otra forma nunca sabríamos si las carencias en la información sonora vienen de nuestra propia incapacidad o es inherente al equipo.
Aunque todos los aparatos pretenden ser lo más fieles al sonido original, lo cierto es que la mayoría prometen más de lo que ofrecen.
Pero hay que tener muy claro que el mundo del sonido se divide en tres grandes sectores, es decir:
  1. sonido profesional
  2. sonido de excepción (High End)
  3. sonido de gran consumo
Y que nosotros deberemos de tener al menos dos áreas de escucha:

  1. área profesional
  2. área doméstica

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